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Mostrando entradas de diciembre, 2011

Adagia vive

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Uno de esos tantos grises días pesados en la fábrica textil, Adagia cantaba para sus adentros algunas canciones que se sabía por la mitad. No sé tú, pero yo no dejo de pensar… ni un minuto me logro despojar… de tus besos, tus abrazos,  de lo bien que la pasamos la otra vez… y como acompañamiento, indefectiblemente tenía el ruido de las máquinas calando en su cerebro, un ruido que trascendía el poder de los tapones de silicona en los oídos… trátratratratra, trátratratratra, trátratratratra, trátratratratra… No sé tú, pero yo quisiera repetir el cansancio que me hiciste sentir… trátratratra, trátratratra, trátratratra… ese ruido, ese ruido durante años que iba dejándola sorda y a veces hasta idiota, y la vibración permanente, alterando desde sus vértebras hasta el sistema nervioso, causando efectos extraños que otra gente no podría comprender a menos que caminara en los zapatos de Adagia durante algún tiempo. Trátratratratra, trátratratratra, trátratratratra, trátratratratra… hor

Adagia Ramos

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Desde las cuatro de la mañana en adelante, Adagia era un ir de acá para allá, primero dejando todos los desayunos de sus cinco hijos a medio preparar y las tazas dispuestas sobre el mantelito a cuadros limpísimo aunque viejito. Se preocupaba de dejarles siempre el almuerzo listo para ser recalentado al mediodía, y el café en el jarrito enlozado para su marido que no hacía otra cosa que estar acostado hasta las once y media para luego tirarse en el sofá destartalado a despotricar contra los noticieros, hablando solo, sin advertir vida a su alrededor, sin colaborar, simplemente ensuciando y emitiendo al mundo con su voz áspera, los improperios más desagradables que un idioma pueda tener, amén de algún eructo desproporcionado delante de los chicos, y sus acostumbradas flatulencias que sólo a él le hacían gracia.  Antes de que toda esta deprimente escena empezara, horas antes de que la chatura fuera tomando su forma cotidiana, Adagia ordenaba todo, se ponía un pañuelo inmaculado