Sor Jeanne Marie-Claire




En el despertar de su sexualidad, Jeanne Marie-Claire se dio cuenta de que su veleidad era preocupante y que a la vez, en ella convivían una fe poderosa en Dios y una aceptación del dogma católico, que para otras era precisamente un problema y la traba para ingresar a la vida monástica.
En sueños diversos y en imágenes recurrentes diurnas que se le aparecían en cuanto permanecía cinco minutos en soledad, veía que dos caminos se abrían ante ella: uno, en donde presentía vivamente que pasaría de unos brazos a otros sin el menor apego, y el otro camino que la conducía hacia una vida contemplativa en donde en lugar de verse abrazada y besada, se encontraba rodeada de otras individualidades femeninas vestidas al igual que ella.
Jeanne Marie-Claire floreció a la vida femenina y sintió un deseo compulsivo más fuerte de lo que su educación y su casa permitirían, a menos que ella se fuera y viviera otra vida lejos de su familia, o los enfrentara, aunque por esto tuviera que dejar de vivir con ellos. Entonces, aún pequeña para decisión tan grande, tomó el camino de las del uniforme y no el de la sensualidad. Su fe seguía siendo firme y pensaba que tendría menos cosas de las cuales arrepentirse si tomaba el camino de la paz.
En el diario íntimo de Sor Jeanne Marie-Claire constan los detalles de su diaria lucha por no sucumbir a la tentación, y yo me pregunto si no habría sido mejor no luchar tanto en contra de su naturaleza. 



Link hacia la versión en idioma húngaro: 

http://autoresargentinosenotrosidiomas.blogspot.com/2012/01/jeanne-marie-claire-nover-raquel.html

Comentarios

Jerónimo ha dicho que…
Me encantan tus mini-historias sobre monjas. Parecen siempre las luchas entre una vida de retiro, contemplación y tranquilidad y una del mundo externo, placeres y sufrimientos, sexo y riesgos. Guillermina experimentó ambas vidas y se retiró como Sor Fidelia, feliz y realizada. En cambio Sor Jeanne Marie-Claire no tomó riesgos y se metió de cabeza en la vida monacal de jovencita. Quizás si esta monja ejerciera la enfermería o la enseñanza, ni se le ocurrirían las tentaciones de la carne, no tendría tiempo. Pero si solamente se dedica a la contemplación y estudio, es probable que se arrepentirá de su decisión, porque le resultará difícil luchar contra una naturaleza que parecería sensual reprimida.
Jerónimo
Raquel Barbieri ha dicho que…
Jerónimo,

Luchar en contra de una naturaleza sensual es una pérdida de tiempo que sólo conduce a la frustración. Por el contrario, si su objetivo era vivir en el convento porque quería ser monja, que se haga cargo de su decisión... es un ejemplo de los que quieren la chancha y los veinte, ¿No te parece?

Gracias por leerme y participar.
Jerónimo ha dicho que…
Querida Raquel, tu observación es muy atinada. No se puede querer la chancha y los veinte.
Yo creo que hoy día es muy difícil ser monja, tiene que haber una vocación muy intensa para poder vencer a la naturaleza humana. Por lo menos en nuestra cultura occidental tan expuesta al sexo, a las tentaciones y tan explícita. Pero si una mujer es capaz de hacerlo, puede llegar a ser muy feliz en este tipo de vida. Me parece que sería más fácil ser monja en un país oriental, en la cultura budista, rodeada de más espiritualidad que en el hedonismo occidenttal.
Jerónimo
P.D. Ya espero tu próxima historia, fruto de tu imaginación prodigiosa.
Raquel Barbieri ha dicho que…
Jerónimo,

No creo que por encontrarse uno en Oriente se incline con mayor facilidad a la vida monástica o sin llegar al claustro, a la vida espiritual. Inclusive en aquellas culturas, el sexo es algo sublime y parte fundamental de la plenitud del ser. El budismo no acarrea castidad, pero si alguien budista elige la castidad, será porque puede y quiere vivir así.

Todo depende del mundo interior de cada cual, que no guarda relación con el entorno en el cual le toca estar. Si fuésemos criaturas tan vulnerables, cambiaríamos de sentimientos con cada viaje que hacemos, con cada película que vemos, con cada fiesta a la que nos toca ir o con cada libro que leemos. Si el entorno fuese tan determinante de nuestro interior, nos enamoraríamos de alguien distinto cada semana y solamente saldría buena gente de los buenos ambientes, y malas personas de los ambientes adversos... y sin embargo, no es siempre así.

En cualquier momento publico otra historia.

Gracias por tu comentario
Que estés bien
Gi ha dicho que…
Es cierto lo que decís, Raquel, debe ser muy frustrante ir por la vida reprimiendo lo que el cuerpo pide.
A propósito del comentario de Jerónimo, la espiritualidad no excluye la sexualidad, al menos no debería hacerlo.
Hay mucha gente que cree que "fluye" o deja que las cosas transcurran cuando en realidad, no hacen otra cosa más que autoconvencerse que son felices por dejar las cosas como están, no jugarse y pretender que esa calma anodina es la felicidad.
He dicho
Besos
Raquel Barbieri ha dicho que…
Gi,

Opino exactamente igual que vos.

Besos

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