Elsa
Elsa es mala y no es rubia, pero ella piensa que las empleadas rubias valen más que las morenas. Qué poco se ha de querer Elsa a sí misma, si ella no fue blonda ni en esta vida ni en la anterior; lo que sí ha sido es una hiena que involucionó en jueza. Ay, Elsa... con rostro de enajenada dictaminás los destinos de gente más lúcida que vos y sos capaz de amargarle el día a unas cuantas personas, solamente dejando que la mugre de tu alma recaiga verbalmente sobre unas chicas que nada tienen que ver con tus bajezas. No sos la Elsa de Lohengrin, la bella y dulce que espera al cisne para embarcar junto a su amado, ni te rodea una música excelsa: Sos un nido de mentiras y estás ocupando un sitio que te queda demasiado grande. No, definitivamente, no sos esa Elsa y me cuesta identificar tu nombre con la mujer amarga y llena de odio que ofendió usando un arma vil: La segregación. Cuando te escuché por la radio tan indignada ante la carencia de rubias en ese sitio, creí que mínimamente eras ...