Ofelia

Ofelia tenía por sobre todas las cosas, una cuota de sinceridad y de intuición que asustaba a los mentirosos. Más allá de sus defectos, era dueña de un grado de dignidad que otras más amadas ni conocían. Eso significaba que poseyendo la inteligencia y las armas para destruirle la vida al imbécil que se aprovechó de ella, Ofelia no las había usado y no porque no se le ocurriera, porque ideas tenía y sobradas, sino por una decisión tomada de no hacerle a otro sentir el daño que le habían ocasionado a ella. Su dolor era agudo, pero pensó: - Que pague lo que me ha hecho sin que yo intervenga. La vida se encargará por sí sola. Se quedó viviendo su vida y entendió (por fin) que existen personas que no deberían entrar en dicha categoría humana, sino en la de meros seres bióticos sin alma, sólo poseedores de cerebro y sentidos, pero no de sentimientos profundos, fagocitadores de corazones vulnerables, vampiros chupadores del flujo vital de personas que quizás eran sus ángeles guardianes...