Sor Juanita
Perdida en la multitud, no da imagen alguna de mujer perdida; au contraire. Sedienta de paz, no se la ve desasosegada ni ansiosa por lograrla aún en contra de la corriente. En un mundo en que las monjas se han convertido en artículos de anticuario, Sor Juanita escribe y lee mensajes de texto en su teléfono celular, y en momentos sonríe ante algunas respuestas que le llegan del otro lado.
Ella vive dentro de este mundo, no fuera de él, pero lo hace a su manera, con su estilo algo desacatado para tratarse de una religiosa, aunque gozando del respeto de la congregación entera gracias a la fuerza de su carácter sin dobleces.
Así es Sor Juanita... libre, aunque los demás piensen que ha perdido su libertad al ingresar al convento; sana mentalmente porque razona y discierne, elige y cede cuando es menester hacerlo. Sabe pertenecer a un núcleo sin quedar pegada a él y ante todo, es muy buena amiga de monjas divertidas y de monjas tristes. Con las alegres festeja y con las apagadas, habla de temas candentes y se permite llorar cuando así lo siente.
De las mayores, aprende historias de las cuales quedan enseñanzas y de las más jóvenes, toma el entusiasmo inicial que con el tiempo a veces va perdiéndose por una cuestión de hábito y comodidad; y ya que las religiosas usan un hábito para vestir, Juanita no desea caer en la monocromía del hábito en el pensar y en el sentir. Entonces, ella es una gran observadora y toma de cada cual lo que pueda servirle para crecer como ser humano.
Comentarios
Jerónimo
Conseguí esta foto en la National Geographic y a partir de la imagen inventé la historia de Sor Juanita porque la de la foto tiene ese condimento poco monjil que mencionaste, de levantarse la falda porque tiene calor y estar absorta con su celular.
La foto fue capturada en Los Angeles, California.
Gracias por leer mi cuento :)