Luna


Quedó encinta en su única relación sexual con un hombre al que no le vio la cara jamás, pero del que sin embargo se enamoró hasta el final de sus días. No pudo ni quiso olvidarlo porque ella tenía una ferviente voluntad. Aún si hubiera tenido la más mínima sensación de que empezaba a dejarlo ir, ella habría añadido leños a la llama de su memoria. Sus encuentros habían sido siempre a oscuras porque ambos vivían bajo las alcantarillas de la Avenida Juan B. Justo, por donde pasa el arroyo Maldonado.
Así sucedió, patéticamente, de modo para muchos inverosímil: Luna conoció a un hombre bajo el asfalto y de él se enamoró, conversaron durante semanas, se acariciaron en varias ocasiones, se besaron algunas veces y una noche más oscura que las mañanas y tardes oscuras de su mundo paralelo, consumaron el sexo y ella supo de inmediato que ese ser masculino había sembrado en ella al hijo que viviría en su vientre por treinta años… todos los años que vivió Luna luego de embarazarse, porque siguió embarazada y nunca dio a luz. No se dignó a parir porque no sabía desprenderse, y porque su hijo Emilio, acorde fue creciendo en su amplio vientre de ballena, iba aprendiendo a través de ella cómo era el mundo de ese afuera tan temido y entonces, volvía una vez más a desdeñar la idea de salir de la panza de la madre. Él no estaba dispuesto a enfrentar algo más allá de las paredes uterinas. Los diálogos entre madre e hijo eran casi permanentes, y ambos pensaban que el hombre sin rostro los había abandonado, aún cuando el pobre desgraciado había sido tragado por el arroyo Maldonado casi al momento de embarazar a la mujer emperrada en vivir su mito de las cavernas personal.
Un día, Luna decidió morir, y con ella murió Emilio. El cordón umbilical dejó de pasar vida y así, el hijo no tuvo ninguna oportunidad de supervivencia.

Comentarios

Makiavelo ha dicho que…
¡Qué fuerte! es una historia para llevarla al cine o al teatro.
Me llama la atención especialmente ese período de noviazgo en el que la buena mujer no sabe con quién está, pero que bien se lo pasa con el anónimo.

Besos.
Gi ha dicho que…
El comentario de Makiavelo fué muy acertado y seguramente tendencioso. Me atrevo a decir que siempre, el primer período de enamoramiento es así, uno no tiene idea con quién está y la pasa bárbaro.
Las mujeres tenemos vocación de mulas, nos emperramos en cuestiones imposibles. Me encantó.
Isabel chiara ha dicho que…
De acuerdo contigo, Luz, siempre debería haber primeros tiempos para siempre.

Lo que me llama la atención es el nombre de una que se encerró bajo tierra para no verla nunca, la luna. Y ese hijo no nacido por miedo, desidia.

Qué triste es la realidad la mayoría de las veces. Una se empeña en escuchar las voces de dentro en lugar de salir a respirar y disfrutar con las de fuera.

Besos

(Trisa, no se me ocurre nada, pero es un bonito nombre)
Raquel Barbieri ha dicho que…
Maki,

Me gustaría llevarla al teatro... siempre hay público para lo sórdido.

Besos :)

...

Gi,

Qué bueno que te encante... a mí me encantó escribirla, y pensar que fue a partir de una situación muy cómica que la ideé.

Besos :)

...

Isabella,

Yo le había puesto de nombre Herminia a la susodicha, y justamente pensé en que Luna era una ironía que no podía dejar de estar presente.

Trisa podría ser una de las mujeres de esta serie.
Ah... Coincido: hay que mezclarse con las voces del afuera, al menos, hacer un cóctel y no estar siempre enconchado hacia adentro.

Te mandamos besos, ambedue :):)
Sibyla ha dicho que…
Creo que reflejas otro complejo de Edipo, pues el hijo de Luna, Emilio, no pudo desprenderse del cordón umbilical durante treinta años...y muere, cuando se madre deja de existir.

Muy poético!
Me gusta el nombre de Trisa que propone Ichiara.

Abrazos transoceánicos para dos bellas damas, una de especie canina!Ya sabes...
Raquel Barbieri ha dicho que…
Sby,

Me alegra que te parezca poético este relato edípico (buena observación la tuya).

Creo que el miedo es el motor del mundo, acompañado por su hermana, la culpa.
Ojalá fuera el amor el que mueve el mundo...

Decidido: La próxima será Trisa.

Abrazos transatlánticos :D
Juan Pablo ha dicho que…
La Luna es de todos, que se joda por enamorarse.
:p

Buenísimo Rachel
Besotes.
Raquel Barbieri ha dicho que…
Jean-Paul,

Pero... ¿Cómo que se joda la luna? (a ver si se enoja y se nos va).

Gracias y besos :)

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