Fiona
Presbiterio, presidenta, prostituta, culebra, culebrón, venezolano, Chávez... qué asociaciones vinieron a visitar su mente cuando viajaba en el 108 semivacío, ideal para el vuelo interno, reloj de arena mitad sombrío y mitad soleado... campana, candado, cándida, Candice, Bergen... Bergen-Belsen, Anne Frank, diario, íntimo, intimidad, vejación, hambre, muerte, tristeza, degradación...pero había otro Bergen, sí, un sitio en Noruega, fiordos, aire, lagos, mar, el holandés errante anclando en las costas de la bahía de Sandwicke, el fantasma desasosegado a quien los vientos depositan en Noruega de manera inesperada, en forma de destino inexorable, y todo por haber desafiado al diablo. Diablo, diable, diavolo, devil, debilidad, doblar, doblez, deber...
El colectivo frenó de golpe y Fiona perdió su asociación de palabras que la mantenía en un estado de entretenimiento entre creativo, y obsesivo.
Ella se perdía en sus listas de palabras interminables dentro de su cabeza, las veía escritas con distintas tipografías, tamaños y colores; tenía que convivir con ellas porque su detención no era posible ni siquiera durante las horas del sueño, y paulatinamente iba para peor.
Fiona vivía la vigilia armando listas, aunque no las exteriorizara al mundo, aunque supiera que debía guardarlas para no ser tildada de demente; y cuando iba a dormir, otras tantas listas se le presentaban en su vida onírica. Ella debía convivir con una mente desdoblada: una parte de comunicación normal con el mundo exterior en la cual, dichas listas no tenían lugar y toda conversación versaba sobre lugares comunes y no tan comunes, pero obviamente más comunes que sus listas extravagantes; por otro lado... esa voz interior que no se callaba, que ni siquiera era su propia voz sino distintas voces alternadas de actores conocidos, miembros de su familia, vecinos, políticos, eran voces que dictaban: manubrio, maniobra, maníes, manicomio, maniatado, atado, arado, amado, roto, descosido, zurcido, enmendado, arreglado, restaurado, maduro, evolucionado, enamorado, enmarañado, mañanero, mañanitas, mañanas soleadas de un tiempo nuevo que Fiona deseaba vivir junto a él...
Comentarios
y gozo.
A otros les dá por los números y esos si que son peligrosos.
Me reí.
Besos.
Besitos, abrazos, cariño, ternura, calidez, amor, caricias ...para Ra-Re
Ya sabes...?
Encantadora tu lista y otra vez: Feliz Cumpleaños (por si no viste mi felicitación previa ad hoc).
Doppo passerò,
un beso y gracias ;)
...
Maki,
Qué gracioso... claro que es peligroso lo de los números. Uno puede llegar a quedar en banca rota.
Me alegro que te rieras,
Beso :)
...
Sibyla,
Gracias por tu tierna lista, amiga... y ojalá que Fiona, ya que está jodida por la obsesión de las listas, quede excenta del Alzheimer.
Besos de Ra y Re :):)
Es magnífico tu cuento y las asociaciones de Fiona dicen tanto de ella que voy a releerlo varias veces más.
Me encanta tu colección de mujeres. Para que luego digan que somos todas iguales, jajaja
Besos ambas dos
(Hoy retincsk, estoy empezando a pensar en escribir algo en este extraordinario idioma. Retincsk podría ser un msn de mi madre: retinta la casaka, que está ya mu descoloría)
No necesariamente tiene que haber un "él"... pero es más sabroso :)
;)
Recién me doy cuenta de que no te respondí... y yo pensaba que sí porque me reí tanto de la casaca y de Retincsk, que parece apellido de Europa del Este.
Juguemos a las listas; se me ocurre algo. Luego os digo.
Mil besos :)
Otra versión: Fiona embarazada por Eamon, él borracho empedernido, la abandona, ella cae en desgracia, enviada a parir a convento de monjas, allí trabaja de lavandera, hijo entregado en adopción, Fiona se suicida, él muere de cirrosis en hospital de pobres.
Jerónimo
Tus listas empiezan serias y se convierten en cómicas en un segundo... el borracho empedernido que muere de cirrosis en el hospital de pobres... jajajaja... pobre Fiona, mejor que viaje en el 108, en el 80, en el 114 y en el 146, y que por las dudas no le dirija la palabra a ningún masculino.
Beso ;)