Prue
Ya que sus padres habían cometido el casi sacrilegio de llamar a sus hijas con sustantivos abstractos, Prudencia eligió que le dijeran Prue para así sobrellevar un nombre que la marcaba, limitándola a ser prudente y a no sobresalir, por más que era bonita y buena.
Mientras sus queridos y extravagantes padres la llamaban Prude, ella averiguaba a escondidas en el registro civil, si existía alguna manera de pasar de Prudencia a Prue o a algún nombre menos controversial, trámite que fue absolutamente inútil. Entonces se amigó con su nombre y se preguntó qué habría sido de su vida llamándose Selva o Antonella, Ana, Giannina o Violeta, Chiara, Stella, Rebeca o Julieta.
Cada nombre diría algo sobre la dueña o al menos querría decirlo; posiblemente sus padres habrían pensado que sus hijas Esperanza, Prudencia, Socorro y Remedios salvarían a la humanidad con tanta virtud junta. Tal vez había sido un capricho o uno de esos juegos extraños en los que caen algunas parejas que parecen armar las palabras cruzadas cuando eligen los nombres de sus hijos.
En este caso, la prudencia se adueñó de la vida de Prue a tal punto, que de tan prudente sufrió por otros, calló lo que debía gritar a los cuatro vientos, se sumergió en un mundo sin riesgos en donde su belleza no era notada ni desdeñada, mientras otros se hacían notar y le ganaban, muchas veces con malas artes. Diría que Prue regaló su vida al no generar ni reaccionar, siendo prudente en extremo sin quererlo, pero sin poder evitarlo porque su nombre fue un estigma.
Comentarios
Jerónimo
Me alegro que te gusten mi cuento y mi dibujo.
un beso
Besos
Y yo te lo agradezco.
Besos :)