Donata


Donata vivía en la calle del amor e ingenuamente creía que quienes allí habitaban no podrían escapar al destino inexorable de ser amados perdidamente, en las buenas y en las malas.
Pobre Donata con sus pensamientos, aunque gracias a ellos, al menos sostuvo su llama interna hasta el día en que mirando el horizonte, respiró por última vez y murió.
Ella siempre estuvo segura de que sería amada y por eso, no dejó de tener esperanzas, y esas esperanzas la sostuvieron hasta esa tarde en que se dio por vencida.

Comentarios

Jerónimo ha dicho que…
Abrí tu blog después de mucho tiempo. ya que casi perdí la esperanza de leer algún cuento tuyo, después de 4 meses de espera infructuosa. Y qué agradable sorpresa: encontré tres historias que iré leyendo, deleitando y comentando. Empiezo con ésta, la más corta. Pobre Donata, vivir en la calle del amor y no ser amada. Primero pensé que podía haber sido una prostituta con esperanzas que alguien la llegue a amar. Pero después me di cuenta que solamente era una pobre muchacha solitaria, quien, al perder hasta la esperanza de ser amada, no logró mantenerse viva y se entregó a la muerte, solitaria y abandonada. Qué historia tan triste.
Besos
Jerónimo
Raquel Barbieri ha dicho que…
Jerónimo,

Me alegra que hayas entrado a visitar este lugar. Me tomé unas vacaciones de escritura on line pero ya estoy de vuelta.
Te agradezco la lealtad.

A mí también me da pena Donata y lamentablemente, hay muchas personas que merecerían ser queridas y cuidadas y eso no les ocurre.
En fin, una historia más.

Besos :)

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