Rosa, vestida de novia, con su piel cetrina y fría, con su flacura exacerbada por la falta de alimento y líquido, recién salida de la morgue, se presentó en la iglesia en donde supuestamente tenía que casarse ella con Edgardo... ella y no la otra, la que ahora estaba al lado de su amado novio a punto de dar el "Sí". Rosa llevaba puesto un vestido hecho por ella misma, con sus propias manos cargadas de amor por ese hombre que ahora se casaba con una mujer totalmente distinta a ella. El vestido de Rosa tenía bordados, puntillas, detalles personales; era sencillo y sofisticado a la vez. Cada costura había sido dada pensando en la emoción que Edgardo le producía cuando hablaba, cuando comían juntos, cuando hacían el amor. Edgardo, su sueño hecho realidad. La nueva mujer del ut supra mencionado era una rubia teñida más, una mina común y corriente que hablaba de temas triviales, sin sustancia al igual que ella. Se planchaba el pelo, usaba las uñas esculpidas, se maquillab
Comentarios
Muy lindas las mariposas en la foto de una ventana, estarán pintadas allí?
Te envío un Beso
Jerónimo
Sí, la velita violeta fue la de mi torta y al pedir el mismo deseo tres veces, aumento la posibilidad de que se cumpla.
Por el momento, no contemplo la posibilidad de que no se cumpla, porque soy optimista, aún bajo las circunstancias más chotas.
Me alegra que te guste la foto. La tomé el día que fui a la radio y es de un restaurant que tiene una vereda de colores y esas mariposas como de cartulina plastificada... me pareció que era justo para mí.
Beso :)