Rossana luego




Mientras Rossana recuperaba su tamaño original,  Marcos sentía mariposas en la panza como cuando era adolescente. No estaba muy seguro de lo que le pasaba, pero evidentemente algo lo hacía sentir más vital, con la piel tirante y un estado de ánimo renovado… como con ganas de jugar al Ring-raje, hacer el amor dentro del auto al costado de la plaza de Barrancas de Belgrano, y tirarse en la cama a mirar el techo escuchando su música favorita, e imaginar un mundo mejor… y que ese mundo mejor fuera el suyo propio.
Rossana había quedado llena de moretones de colores rosados y violáceos que con el transcurrir de los días iban tomando un verdor azulado que le recordaron el instante en que se bebió la tinta del diario de Marcos. Llevaba parte de ese hombre en ella, y si antes ya podía percibirlo con intensidad, ahora era como que lo tenía metido dentro, como si ella fuera una funda que contenía a un Marcos en lugar de contener órganos.
Estaba segura de estar transitando entre dos mundos, perteneciendo a la tierra pero sin un apego completo a ella. Le habían encomendado un trabajo de ángel de la guarda que la excedía un poco, y esa tarea erigía una barrera entre lo que ella quería hacer y lo que le era posible hacer. Muchas veces pensaba en qué fácil le habría resultado ser una simple mujer, una más, una de ésas que no se dan cuenta de nada y que al no profundizar, tampoco sufren nada más abajo de la epidermis. Su lucha entre el bien y el mal, entre el deseo y la necesidad, entre la santidad y la lujuria, pasaba por momentos álgidos; peleaba contra ella misma y sus dos naturalezas, pero la resultante siempre era ese querer ser una mujer común y contentarse con amores mediocres, compras de cosas innecesarias y conversaciones triviales para matar el tiempo, como si no fuera el tiempo quien nos mata a nosotros.


Sería más fácil ser un ángel puro y no uno de estos ángeles de vanguardia que además de la responsabilidad de cuidar a un ser humano, sienten la imperiosa necesidad de vivir intensamente.
Marcos estaba viviendo una etapa Jekyll, no Hyde como sí en otros momentos, por lo que miraba a Rossana con ojos amables. Ella era parte de sus cosquillas y de las mariposas voladoras de su panza… en realidad, personalmente hacía mucho tiempo que no la veía; meses. Digamos que la pensaba y a veces, tenía ganas de verla. Y el pobre no se había dado cuenta de que la tarde anterior la había tenido enrulada en su pecho; no lo supo. Sí la recordó, la evocó, pero quién podría imaginar que alguien sólo por la fuerza de su voluntad, sería capaz de convertirse en algo tan diminuto con tal de estar cerca de él y abrigarse en ese pecho amado. Ella lo sintió la hermosa y tierna tarde en que durmió la siesta acurrucada dentro de los vellos del pecho de su querido Marcos, cuyo corazón latía al ritmo de sus pensamientos extremos en donde la gama de grises no tenía cabida.
Rossana se miró al espejo y observó sus magullones, producto de las maniobras de Marcos con el diario íntimo. Evidentemente, el empequeñecimiento tenía que ser perfeccionado para la próxima vez. Ella quería seguir visitando a Marcos a la hora de la siesta para sentir las vibraciones de su cuerpo y darle ella, las propias.

Comentarios

Jerónimo ha dicho que…
Parece que el tobogán de la letra Y no anduvo y Marcos no la esperó a Rossana en la bajada. Claro, como iba a hacerlo, si ella en ese momento tenía el tamaño de una letra. Y cuando se volvió de tamaño normal, ya no hubo encuentro. Parecería que Rossana no logró atrapar a Marcos como mujer de carne y hueso. Él vivía en su mundo de fantasía y no pudo darse cuenta que cerca tiene a una mujer real, quien lo quiere. Y ella para lograr un contacto íntimo debía cada vez, cual Gulliver femenino en el país de los gigantes, transfomarse en una especie de hormiguita, para poder acurrucarse junto a su amado. Despertará Marcos alguna vez de su letargo?
Besos
Jerónimo
Raquel Barbieri ha dicho que…
Qué lindo tu comentario, Jero, aunque un poco triste también porque muestra a un Marcos que no registra a Rossana, al menos no en un modo pleno. No sé qué decirte sobre el letargo de Marcos... apostaría a que despertará.

Beso y gracias :)

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