La reflexiva


No quiero decir su nombre. No sea cosa que esté leyéndome o que vaya a leerme más tarde, o algún día de éstos, y tome a mal lo que pretende ser todo lo contrario, o si no lo contrario, al menos no tiene intención alguna de referirse a ella en el mal sentido. 
Es que en algún punto, la admiro porque sus cualidades no son las mías. Es una linda mujer, más que linda y ni siquiera es consciente de eso, ni le importa coquetear o exaltar sus virtudes de mujer atractiva porque se alimenta de otros nutrientes que nada tienen que ver con la vanidad. 
Será por eso que la admiro. Siento tanto respeto por esa mujer que modestamente avanza por la calle sin pavonearse ni tampoco esconderse, ya que no siente vergüenza alguna ni necesidad de llamar la atención. Lo que me lleva a observarla, a analizarla, es que la veo ambigua; a la vez que rinde culto a la espontaneidad, cae en la contradicción de ser demasiado reflexiva. 
¿Cómo puede alguien ser espontáneo y en demasía reflexivo? gracias a ella empecé a pensarlo y ese pensamiento me ha perseguido casi frenéticamente el día entero de un tiempo a esta parte, desde que me despierto y caigo en la cuenta de quien soy y en donde estoy, hasta que apoyo la cabeza sobre la almohada por las noches y me dejo llevar por el sueño. Y a veces sueño con ella, tan reflexiva, tan poco primitiva, tan civilizada en extremo, amoldada a la vida que le tocó tener. Me despierto; no deseo soñar con ella porque me recuerda mi propia impetuosidad, mi instinto, y entonces me doy vuelta y sigo durmiendo, y esta vez tengo otros sueños, raramente con mi marido o con mis hijos. A ellos los veo demasiado, no necesito también soñarlos. 
Alguna vez sueño con Brad Pitt, no necesariamente escenas eróticas, simplemente está ahí Brad Pitt que en momentos se convierte en Ralph Fiennes. Hablamos en inglés y alguien indeseado interrumpe el momento, lo echa a perder, me abrevia el placer de por sí breve. Despierto con la lengua de mi perro dándome besos porque está aburrido en las madrugadas y me doy vuelta, vuelvo a dormirme, a soñar y esta vez es con algún extraño dentro de una situación absurda, como la vez del político al que detesto que resultaba ser mi pareja y yo me preguntaba ¿pero yo no hablaba mal de este hombre?, así como son los sueños de locos... y sueño con fiestas en donde se juntan todos los seres cuyo único nexo soy yo, esas personas que a menos que se tratase de mi funeral no estarían reunidas.
Pero ahora no quiero hablar de mí sino de la reflexiva, la que cada vez que va a dar un paso, debe pensar tanto que el tiempo se pasa y con él, las oportunidades, las personas, la vida. Tanto reflexiona sobre lo que ha de estar bien o mal, que termina sintiendo que cumplió un deber pero que no hizo su voluntad. Me recuerda a la obra de Ionesco, Victimes du devoir. 
Ahora la ambigua, la contradictoria soy yo. Dije que la admiraba porque carece de vanidad, y que hablaría de ella sin ánimo de críticas, pero ahora veo que no me gusta su excesivo ejercicio de la reflexión. Llega a ser como un rumiante que acalla toda pasión. Entonces, recuerdo la frase de Rousseau: La piedad es previa a toda reflexión... la vertu la plus naturelle, antérieure à toute réflexion... y pienso en si ella podrá sentir piedad, dado que es tan reflexiva. 
Ahora le tengo miedo.


Tomé la foto en la escuela de jardinería de la UBA, sede Devoto.

Comentarios

charles ha dicho que…
beautiful blog kisses
Anónimo ha dicho que…
Oh, my God! Mamma mia!
Albricias! De vuelta después de tanto silencio.
Qué es esto? Siempre que busco una nueva historia en el blog maravilloso de la Crisálida, veo que no hay nada nuevo desde diciembre, Al entrar ayer de nuevo, pensé que estoy en otro blog de otra persona. Un formato desconocido, muy prolijo por cierto, con todas las historias anteriores al margen, fáciles de buscar, parecen soldaditos en fila india marchando desde La reflexiva hacia abajo. Será la entrada al infierno de Dante? Aquí veo hasta La estatua, ni me animo de ir más abajo, quién sabe qué podría encontrar? El séptimo círculo?
Volviendo a la historia de "La reflexiva", qué sueño más espeluznante de ser la pareja de un político a quien detestas. Brrrr.....
En cuanto a ser tan reflexiva, coincido, llevarlo al extremo la vuelve rumiante, sin pasión y me imagino que tampoco podrá sentir piedad. Aunque los ermitaños básicamente deben haber sido reflexivos, supongo que suprimían las pasiones, pero quizás tenían piedad.
No sé como son los beautiful blog kisses que alguine te envió,, pero te mando algunos
Jerónimo
Raquel Barbieri ha dicho que…
Hola Jero,

El silencio se debió en parte a que estuve completando unas materias de mi MA que finalmente terminé (a distancia porque es una universidad británica) y tenía mucho que leer y ver los videos de los profesores en línea.
Ahora estoy haciendo dos materias en dos universidades distintas: The modern and the postmodern (Wesleyan University in Connecticut) e Introduction to Philosophy (University of Edinburgh). Me llevan tiempo (sobre todo la primera porque es mucho más alto el nivel de exigencia, 400 páginas por semana, etc.) porque además de escribir mis propios assignments, tengo la obligación de corregir tres ensayos de compañeros y darles una calificación de 0 a 3; además estuve dando clases en enero y febrero, se me rompieron cosas en mi casa y tuve que comprar bacha, mesada de mármol y alacena nueva + grifo (que esperan en el pasillo la venida del plomero) porque se me arruinó todo por un caño roto y una mala conexión. Usé el dinero de mis vacaciones en suspenso para eso, así que quizás el año que viene pueda irme una semana a alguna parte. Ya encontré un pensionado canino en Pilar llamado Papa Dog para dejar a Gregorio llegado ese momento, dirigido por voluntarios del sitio donde lo adopté.

Mi verano no fue nada fácil ni fresco... me cortaron la luz tantas veces... y un día, justo estaba tomando la clase de Kant y lalú se fue por dos días. Entregué el ensayo previamente manuscrito, en la madrugada de la fecha de expiración.
Las únicas fuentes de agua que vi y sentí este verano fueron la ducha y la manguera de la terraza. Ni un día a una pileta pude ir... tengo un stress... por eso decidí volver al ruedo con los cuentos y también publiqué una clase sobre Adverbs en el blog de idiomas.
Habiendo ya explicado el por qué de mi ausencia en este sitio, paso a responder tu comentario:

Me alegra que te guste el formato que le di al sitio. Hay que innovar.
La verdad es que ser pareja de un político, más cuando es alguien a quien uno detesta, ha de ser horrible, una pesadilla como la que tuvo la protagonista.
Pienso que la gente demasiado reflexiva es algo artificial. Suprime toda espontaneidad en pos de una potencial ventaja que pueda recibir del otro lado. Todo esto surgió cuando me tocó estudiar a Rousseau este verano... jajajaja...

Recibo tus kisses y los retribuyo
Anónimo ha dicho que…
Me impresiona la cantidad y calidad de estudios que emprendiste.El nivel de exigencia parece realmente enorme, leer tantas páginas y corregir ensayos de compañeros lleva muchísimo tiempo. Pero alguien corrige entonces ensayos tuyos? O solamente alumnos aventajados, como debes ser vos, corrigen a los de otros? Los cortes de luz, qué pesadilla, Kant a la luz de la vela? Problemas con bacha, mesada, parece un cuento de terror. Cuando venga el plomero, Gregorio lo recibirá con gruñidos feroces, como Renata o se esconderá bajo la mesa? se verá.
Volviendo al sitio, espero que sigas publicando, es un placer intelectual para mí leer tus historias tan imaginativas.
Besos
Jerónimo
Raquel Barbieri ha dicho que…
Gracias por lo que decís del placer intelectual. En cuanto a los estudios, tendría que dedicarme más horas por día, jeje, pero me va bien igual. Sí, me corrigen otros (además del prof); no es uno quien elige a quién, sino que el profesor designa de acuerdo a los temas. Como mi último ensayo fue comparar a Rousseau con Flaubert bajo algunas consignas, yo debo corregir a los que compararon a Marx con Kant (yo ya había hecho un trabajo sobre ellos la semana anterior).
Ya te contaré más.

Lo de Kant a la luz de la vela es genial, sería genial, el ambiente perfecto. El caso es que los libros son en formato pdf. que envía la universidad, y al no haber luz, no hay libro. Ésa es la desventaja de la modernidad, quizás la única, pero cuando no hay electricidad, estamos fritos con respecto a todo lo que va enchufado.

Gregorio ya conoció al plomero y no ladró... espero que siga portándose así cuando regrese a colocar el bajomesada y etc., porque a mí me ponía un poco nerviosa cuando Renata le ladraba desde abajo de la cama, con su voz de mezzosoprano profunda... pobrecita, cómo la extraño... siempre tan original mi negra querida. Habría cumplido ya sus 16 años este mes.

Te mando un beso

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