Ángela




Ángela no era precisamente una mujer hermosa, ni siquiera lo suficientemente bonita como para detener el tránsito vehicular; sin embargo, alguna vez supo conocer la pasión de la mano de un hombre, y al decir alguna vez no me refiero al número uno sino a la experiencia amatoria, la pulsión humana de querer pegarse al otro y fundirse. Entonces, ella sí había conocido esa dicha, ese ascenso y la posterior caída cuando por diversas razones sus amores terminaban. 



Comentarios

Beatriz ha dicho que…
yo me quedo con la hermosa sensación de que lo hubo conocido.

El amor no es un patrimonio de la perfección. Por suerte es un sentimiento que nos traspasa la piel sin percatarse del color o de la belleza de la misma.
Lo maravilloso es vivirlo.

Un abrazo y felicitaciones por estas semblanzas tan de la vida real.
Jerónimo ha dicho que…
No sé si la mujer escondida detrás de la máscara es Ángela. Ahí no se apreciaría si ella fue bonita o de aspecto común. Pero evidentenente tenía otras cualidades muy buenas que la hicieron suficientemente deseable para algún hombre y así poder vivir los placeres del amor. No todas las mujeres pueden decir lo mismo y entonces ella por lo menos tuvo un período de dicha en su vida.
Besos
Jerónimo
Raquel Barbieri ha dicho que…
Beatriz,

Yo también prefiero que Ángela haya conocido la pasión, a que muriera sin saber lo que se siente y lo que se genera en la otra persona, enriqueciéndose ambas partes.

Gracias por todo; ya pasaré por tu blog porque tengo un par de cosas sin leer y realmente son letras balsámicas que aprecio.

Un abrazo fuerte

...

Jerónimo,


Puse la máscara veneciana para dar la idea de la belleza relativa (o de la fealdad). Primero habría que escuchar al otro, leerlo y por último, verlo.
Así es como se ve a la persona tal cual es, y no en orden inverso.

Creo que si bien la belleza superlativa física masculina o femenina es la entrada directa al éxito fácil y al veloz enamoramiento del otro, también a veces nos une con personas inadecuadas.
Los más comunes, los bellos a medias, los que no paran el tránsito vehicular (al menos no siempre), pueden irradiar más sensualidad y carisma que los hermosos, quienes suelen ser gente más fría, dado que como decía Platón, cuando se está demasiado consciente de la propia belleza, y pendiente de cuidarla y ad-mirarla, la persona no se toma tiempo para profundizar, y termina siendo tonta.

Coincido contigo, ya que más vale haber tenido un período de dicha y poder recordarlo, que no haber podido vivirlo por falta de oportunidades, por no haber logrado despertar algo precioso en el otro.


Besos
Ricardo Miñana ha dicho que…
Tal vez sea morbo, un placer.
buen fin de semana.
¡feliz Navidad!

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